El camino Inca

Una de las cosas que HAY que hacer en Perú es el famoso "Camino Inca". Se trata de un treking de 4 días, subiendo y bajando montañas que finaliza en el apoteósico entorno del Pachu Pichu.

Tuvimos la suerte de emprender el camino con TODO lo necesario. A saber: unos buenos amigos y compañeros de camino... (Iñaki, Bea y Eva, un fuerte abrazo!)

...un guía EXCEPCIONAL, llamado Simba...

...5 porteadores (y cocineros) que se ganan el sueldo del día como nadie que hayamos visto (suben antes que nadie y con casi 50 kilos en la espalda!)

... muchas, MUCHAS ganas de caminar...

...y, lo más IMPORTANTE, unos ojos bien abiertos para absorber un entorno natural increíble.

El segundo día, es EL DÍA del camino Inca. Se trata de un "paseíto" de más de 1200 metros de desnivel y con poco oxígeno por la altura. Aquí un par de vídeos de nuestra primera coronación de un 4000!

Atención a mi respiración "asmática" al llegar a la cumbre!

Y sólo 15 minutillos más tarde llegaba Laia, que durante las 3h y media de ascensión no había parado ni para respirar.

Eso sí..., unos campeones! Batimos todos los récords: llegamos al campamento una hora antes que los porteadores y 3 y media que el resto del grupo.

El tercer día, debía ser fácil...., pero entonces llegó la LLUVIA, y decidió quedarse con nosotros el resto del camino!

Una de las cosas que hemos aprendido sobre montañismo es que ni Gorotex, ni Novadry, ni leches!! Cuando llueve de verdad, sencillamente TE MOJAS!

La última noche cenamos mojados, pero contentos. Excelente la última comida que nos prepararon!

Nos despertamos a las 3:00 h de la mañana para empezar la última jornada hacia Machu Pichu. Llovía a mares y un pequeño río corría bajo nuestras tiendas de campaña (y dentro de nuestros sacos de dormir). Pero a esas alturas, la RETIRADA ya no era una opción...

Y así llegamos a la Puerta del Sol! En teoría, el primer lugar para contemplar el Machu Pichu. Alguien lo ve detrás nuestro? Nosotros tampoco!!

Eso sí..., nosotros seguimos contentos.

Pero unos metros más adelante, las nubes nos concedieron una tregua y pudimos contemplar la majestuosa ciudadela.

Una vez dentro de la ciudadela, pusimos las manos en "La Roca que Amarra al Sol" (traducido del Quechua), para enviarle toda la energía positiva a quien más la necesitaba en ese momento (Berniiii...a todo Rayooo!!)

Al final, cansados y calados hasta lo huesos, ya teníamos la certeza de que habíamos vivido una de las mejores experiencias de este viaje.

3 de noviembre del 2011